martes, 31 de enero de 2017

La inteligencia artificial ya no es tema nuevo (llevas utilizándola por años)

Resumen: No somos conscientes, pero la tecnología de IA (o inteligencia artificial) está ya muy presente en múltiples sectores. HubSpot realizó una encuesta a más de 1400 consumidores a nivel global sobre la IA y descubrió lo siguiente:




  • El 63% de las personas no son conscientes de que ya utilizan tecnologías de IA.
  • Los profesionales de SEO/SERP deben actuar en consecuencia, ya que el uso de la búsqueda por voz ha aumentado considerablemente.
  • Los consumidores ya se sienten cómodos comprando con un bot que ofrece servicios personalizados.
  • Las personas están dispuestas a usar bots de IA en el servicio de atención al cliente, en especial cuando se trata de solicitudes y preguntas directas.
Índice  (Lectura de 8 minutos)
    1. Introducción
    2. El crecimiento constante de la búsqueda por voz
    3. Bots conversacionales (chatbots) de ecommerce
    4. Servicio de atención al cliente con inteligencia artificial
    5. Conclusión
    6. Metodología

Las tecnologías de inteligencia artificial (IA) han captado la imaginación del público durante décadas (¿te acuerdas de HAL 9000 de 2001: Odisea en el espacio o de Terminator?), pero son muchas las personas que no se han dado cuenta de que ya usan este tipo de tecnologías a diario. Tal vez estábamos esperando ver un gran robot inteligente que hable y piense como nosotros, algo que, por otro lado, podría ser una realidad en el futuro. Sin embargo, en la actualidad estamos rodeados de un gran número de sofisticadas herramientas de inteligencia artificial diseñadas para facilitar todos los aspectos de la vida moderna. Si quieres obtener más información sobre el estado de la inteligencia artificial, echa un vistazo a nuestro informe que analiza las tecnologías principales disponibles en la actualidad.
Estas herramientas de inteligencia artificial tienen un gran potencial para mejorar las tareas diarias de los profesionales del marketing, representantes de ventas y cualquier profesional que trabaje online, ya que les ayudan a ser más específicos y eficientes en su trabajo, además de permitir a sus empresas descubrir tendencias sobre sus clientes que antes era imposible examinar. Las posibilidades son infinitas, y los usuarios tienen muchas ganas de utilizar herramientas de IA, ya que el 86% ha afirmado estar interesado en probarlas. Las empresas que aprovechen ese interés inicial podrán diferenciarse, en especial cuando se trate del servicio de atención al cliente.

jueves, 2 de junio de 2016

Así es el robot mayordomo parecido a Wall-E

El fabricante Asus ha presentado a Zenbo, un asistente virtual revolucionario con movimiento, cámara y voz.

 

(CCM) — Asus ha presentado en su conferencia anual un nuevo robot asistente con capacidad de desplazamiento que promete revolucionar el mercado de los asistentes virtuales. El asistente de Asus reconocerá comandos de voz y será capaz de sacar fotos, grabar vídeos, reproducir música, leer textos o realizar recordatorios, entre muchas otras posibilidades. Gracias a un sistema de ruedas integrado será capaz de moverse por todo el hogar. Según se puede ver en el vídeo oficial (en inglés) disponible en la página YouTube de la compañía, el Zenbo reconocerá ordenes del tipo "sígueme", "saca una foto" o "busca una receta y muéstramela por pasos".

Su precio, según informó Asus, será de 599 dólares (537 euros) aunque por el momento la compañía no ha confirmado una fecha de salida. Lo que sí es seguro es que el Zenbo podrá configurarse en una gran variedad de idiomas, dentro de los cuales, presumiblemente, se encontrará el español.

Si algo llama la atención a primera vista es la similitud del Zenbo con WALL-E, protagonista de la película homónima producida por Disney Pixar en el 2008. En efecto, Asus ha apostado por dotar a su asistente virtual con un diseño "amigable" de color blanco y un tono de voz infantil, apto para todo público.

Foto: © Asus.

jueves, 19 de mayo de 2016

Reunión secreta de científicos en Harvard para crear células humanas

 
Según The new York Times, en la reunión secreta de Harvard pudo haberse discutido sobre la posibilidad de crear personas sin padres biológicos. Foto: Getty.
Más de un centenar de científicos de diversas ramas y nacionalidades se reunieron en la Universidad de Harvard, en Massachusetts, al noreste de los Estados Unidos. En el prestigioso centro académico se discutió sobre la posibilidad de crear un genoma humano totalmente sintético y formar células “artificiales” en menos de 10 años. 

La reunión exclusiva, celebrada el 10 de mayo, tuvo más de 130 participantes de muchos países, incluyendo biólogos, profesionales en cuestiones éticas, ingenieros y representantes de la industria, el derecho y el gobierno, a quienes se les pidió no contactar a los medios ni publicar en sus redes sociales.
Las informaciones acerca del mitin fueron reveladas por uno de sus participantes, quien ha alertado a la comunidad científica sobre las consecuencias negativas que pudiera tener el proyecto y ha desatado un mar de críticas. 

El tema es un seguimiento de un proyecto anterior en el que miles de científicos alrededor del mundo “leyeron” la secuencia del genoma humano.

Pero ahora, los organizadores de la reunión secreta consideraron que se debe ir más allá para “escribirlo”, es decir, “sintetizar un genoma humano completo en una línea celular en un plazo de 10 años”.

Uno de los investigadores invitados, el bioingeniero Drew Endy de la Universidad de Stanford, quien no asistió de forma deliberada a la reunión a puerta cerrada, hizo sonar la alarma de inmediato en un artículo publicado junto con Laurie Zoloth, especialista en bioética de la Universidad Northwestern.

“En un mundo en el que la reproducción humana ya se ha convertido en un mercado competitivo, con ovarios, espermas y embriones con un precio, es sencillo compartir ideas sobre diversos usos de las capacidades de síntesis del genoma humano”, escribieron Endy y Zoloth.

Los dos científicos argumentaron que tales discusiones no deben realizarse sin una consideración abierta y avanzada sobre las circunstancias en las que se sería moralmente correcto proceder.

El New York Times, primer diario estadounidense en informar de la reunión de Harvard, afirmó que existen técnicas para crear un genoma sintético, como la clonación, a fin de crear seres humanos sin padres biológicos.

En respuesta, el genetista de Harvard George Church y otros organizadores de la reunión emitieron una declaración de consenso y declararon que “discutieron el concepto de un proyecto internacional enfocado en la nueva tecnología para la construcción y prueba de grandes genomas en células como el siguiente capítulo en nuestro entendimiento del proyecto de vida”.

“Como en otros casos, hemos planeado publicar pronto un informe de la reunión, en este caso, un documento revisado por pares sobre el concepto de probar grandes genomas en células y los videos de las conversaciones catalizarán aún más la discusión de la comunidad”.

Los organizadores dijeron que el video será dado a conocer cuando el documento revisado por pares sea publicado en una revista científica, cuyo nombre no fue dado a conocer.

“No consideramos que tengamos noticias que informar hasta que publiquemos el documento y las conversaciones”, señaló la declaración.

El propio Church también aclaró al New York Times que el proyecto propuesto no está dirigido a crear personas, sólo células, y que no estará restringido a genomas humanos.

Sintetizar un genoma humano se ha vuelto cada vez más viable en los últimos años. El costo de ensamblar el material genético codificando genes se ha reducido de cuatro dólares por par de base en 2003 a solo tres centavos, indicaron Endy y Zoloth.

En 2010, el pionero en investigación genética Craig Venter logró sintetizar el genoma de la bacteria Mycoplasma mycoides, integrada por 1,08 millones de pares de base.

En 2014, un equipo internacional de científicos, encabezado por Jef Boeke del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, logró otro hito al sintetizar uno de los 16 cromosomas de la levadura.

Si la idea de sintetizar un genoma humano se vuelve realidad, ¿qué implicaciones tiene para nosotros?
La respuesta de Karmella Haynes, profesora asistente de la Universidad Estatal de Arizona, fue que tal logro “impulsaría el entendimiento humano de la vida de forma enriquecedora, humilde y positiva”.
“Por el lado técnico, sintetizar los genomas humanos puede brindar sistemas de prueba para modelar enfermedades de modo que la investigación médica pueda realizarse sin modelos animales”, dijo Haynes.

Kris Saha, profesor asistente de ingeniería biomédica de la Universidad de Wisconsin-Madison compartió esa idea.

“De ser posible, podría utilizarse en muchas aplicaciones, desde diseñar microbios que puedan producir compuestos químicos y biológicos con usos industriales hasta generar células humanas diseñadas para aplicaciones terapéuticas, como tratar el cáncer y regenerar tejidos”.

Hay algo de lo que están seguros los expertos: crear un genoma humano desde cero, incluso si se prevé en 10 años, todavía está lejos de crear una persona de la nada.

(Tomado de People Daily)

miércoles, 18 de mayo de 2016

Un robot fue profesora universitaria durante medio año sin ser detectado

Jill Watson, un sistema de inteligencia artificial elaborado a base de tecnologías de la compañía IBM, lleva desde enero de este año como profesora asistente de un curso 'online' en la Universidad Tecnológica de Georgia (EE.UU.), sin que ninguno de sus alumnos se haya dado cuenta, informa 'The Wall Street Journal'.
 
La tarea de Watson era responder a las consultas electrónicas de 300 universitarios sobre sus proyectos de diseño de programas informáticos. Así, daba explicaciones, hacía preguntas inductivas y utilizaba palabras coloquiales como "yep!" (sip, en español).

"Parecía una conversación normal con un ser humano", señala una de las estudiantes, Janiffer Gavin. "Era una persona, bueno, una profesora asistente, que nos recordaba las fechas límite y hacía preguntas en medio de la semana para suscitar conversaciones", agrega.

Ashok Goel, profesor de Ciencia Informática en la Universidad, sostiene que a diferencia de los robots de 'chat' de servicio al cliente en línea (utilizados, por ejemplo, en las aerolíneas), Watson responde solo si tiene una tasa de confianza de al menos un 97%.

El 'secreto', del cual no tenían conocimiento los otros ocho profesores que trabajaban a su lado, ha sido revelado por el decano de la Universidad. Se estima que dentro de un año Watson será capaz de contestar al 40% de todas las preguntas de estudiantes. 

(Texto y foto tomados de Russia Today)

jueves, 12 de mayo de 2016

Primer Concurso Audiovisual para completar el relato multinteractivo de Másquecuentos


JAÉN.- El portal Másquecuentos prosigue su andadura con el fin de generar su primer relato multimedia interactivo pensado especialmente para dispositivos móviles y tablets, y para ello ha convocado el I Concurso Audiovisual de MQC con el que pretende que artistas de cualquier ámbito creativo: vídeo, animación 2 y 3D, música, efectos sonoros, ilustraciones, dibujos, diseños, etc., aporten sus creaciones para transformar el relato ‘El tiempo de  cristal’: http://masquecuentos.es/el-tiempo-de-cristal/ –una obra de la autora sevillana Eva García Fornet que fue elegida por los responsables de MQC entre los 83 textos procedentes de 14 países que se presentaron al I Premio de Relato Corto de MQC sobre impresión y escaneado en 3D–, en una historia que cobre vida en móviles y tablets.

Los creadores interesados en tomar parte en este original certamen deberán enviar sus trabajos a través del formulario que podrán encontrar en el portal www.masquecuentos.es –también en www.masquecuentos.com– entre el 30 de abril y el 15 de septiembre de 2016. Una vez concluido el plazo de presentación de las obras, se abrirá unos días después el periodo de votación para que hasta el 31 de octubre de este año, los internautas elijan los ganadores de este concurso en su apartado de jurado popular. Para ello, los interesados en ser miembros de este tribunal deberán acceder a este portal y elegir con sus votos los mejores recursos audiovisuales presentados.  Además de la votación popular, los responsables de MQC, de acuerdo con los patrocinadores de este certamen, seleccionarán los que, a su juicio, son los mejores trabajos presentados a cuatro categorías establecidas por la organización: mejor ilustración de personajes que aparecen en ‘El tiempo de cristal’; mejor banda sonora o música; mejor vídeo o animación 3D de una escena o secuencia de esta historia y mejor fotografía vinculada a este relato.

En total, este I Concurso Audiovisual de MQC repartirá más de 1.600 euros en premios, además de diferentes regalos en especie aportados por los patrocinadores de este concurso, la editorial Líberman y la empresa Tr3sDland, que ya esponsorizó la fase inicial del primer proyecto del portal Másquecuentos. Así, el ganador del premio del público obtendrá 400 euros y el segundo más votado 200 euros. Además, cada una de las cuatro categorías establecidas por la organización estará dotada con 250 euros. La realización de este concurso ha sido posible después de que la campaña de micromecenazgo que este portal inició a finales de noviembre de 2015 haya sido un éxito, ya que ha alcanzado el objetivo de vender 500 ejemplares en papel del libro ‘Relatos para una nueva era… 3D’, que reunía las 25 historias más destacadas presentadas al I Premio de Relato Corto de Másquecuentos dedicado a la impresión y el escaneado en 3D. Logrado ese reto, la editorial Líberman se ha convertido en el principal patrocinador de la fase audiovisual del primer proyecto de Másquecuentos, que volverá a contar también con el apoyo económico de la empresa Tr3sDland.

El portal Másquecuentos (MQC), que tiene entre sus principales objetivos el fomento de la lectura y la creatividad artística a través de la generación de contenidos multimedia interactivos pensados para disfrutarse en dispositivos como teléfonos móviles y tablets, nació en febrero de 2015 con una clara vocación coral y colaborativa. De hecho, fueron los internautas los que con su voto diario decidieron los relatos que se repartieron los 1.800 euros con que estaba dotado el I Premio de Relato Corto de MQC: 1.000 euros para el primer clasificado, 500 para el segundo y 300 para el tercero, unos premios sufragados por la empresa Tr3sDland y que se llevaron el madrileño Alberto Torre, primer premio por ‘La pistola’ al recibir más de 7.000 votos; el barcelonés Alejo Valenzuela, que contó también con un enorme respaldo: 6.755 votos, fue segundo con ‘El corazón de Pigmalión’; y el valenciano de Cofrentes Juan Manuel Hernández Ángel sumó 2.936 votos para convertirse en el tercer galardonado por su relato ‘La fiesta de disfraces’. 

Estos tres textos fueron los que consiguieron más respaldo popular entre los 83, de todas las temáticas, que se presentaron a este I Premio de Relato Corto de MQC procedentes de 14 países distintos –Colombia, Argentina, Chile, Panamá, Puerto Rico, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos, Cuba, Venezuela, Perú, México, Uruguay y España–; una decena de comunidades autónomas españolas: Andalucía, Galicia, Castilla y León, Castilla y La Mancha, Aragón, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y País Vasco; y 21 provincias españolas –Jaén, Málaga, Sevilla, Granada, Ourense, Madrid, Barcelona, Ciudad Real, Guadalajara, León, Zaragoza, Gerona, Valencia, Murcia, Córdoba, Vizcaya, Pontevedra, Cádiz, Alicante, Castellón y Albacete–.

Una vez decidido el palmarés de este concurso literario y conseguida la financiación  mínima para proseguir su aventura creativa, desde el portal Másquecuentos se pone ahora en marcha el certamen audiovisual con el que se inicia la siguiente fase de este proyecto que tiene, como objetivo final, generar un relato multimedia interactivo en el que se mezcle un texto literario con cualquier tipo de recurso audiovisual que pueda encajar en esa historia para enriquecerla aprovechando las posibilidades creativas que ofrecen los móviles y las tablets. Por tanto, a los escritores que han participado hasta ahora en este proyecto se sumarán los creadores audiovisuales, que deberán complementar el relato seleccionado por el portal MQC con imágenes de vídeo, sonidos, música, fotografías, dibujos, ilustraciones o cualquier otro elemento artístico que pueda reproducirse gracias a las múltiples funcionalidades que poseen los móviles y tablets.

De esta forma, Másquecuentos, con las aportaciones de cientos de creadores de las distintas artes, generará un singular y novedoso producto cultural, un relato multinteractivo en el que de una u otra forma habrán colaborado miles de personas, ya sea con sus creaciones, a través de sus opiniones y votos o con la compra del libro con los 25 mejores relatos presentados al concurso, contribuyendo así a que el proyecto MQC haya podido seguir adelante.

Tomado de:

miércoles, 20 de abril de 2016

Internet es como la mezcla vital que respiramos


POR: AHMEL ECHEVARRÍA
  


Fui cordialmente invitado a formar parte del panel "Internet, el escritor y la escritura de ficciones". La cita sería uno de los momentos del Coloquio Nacional de Narrativa dedicado al ensayista y crítico Salvador Redonet y al poeta y narrador Alberto Rodríguez Tosca. El coloquio tendría lugar en la Sala Villena de la UNEAC en los días finales de marzo del 2016.

Por supuesto, acepté. Porque me vería obligado a dejar por escrito cómo entiendo el contexto de la literatura cubana, o de la ficción, en la Cuba del siglo XXI. Al menos en Cuba no cabe otra posibilidad si tomamos en cuenta la accesibilidad a Internet y el momento en que comienza no a democratizarse, porque ese tema es harina de otro costal, sino a volverse herramienta y brecha para distanciarse de las instituciones y arribar al paraíso o al páramo de la gestión independiente.

En términos generales, si acaso debería precisar que el título del panel ubica al escritor, y a las instituciones interesadas en la literatura, en el nuevo siglo y milenio. Internet es como la mezcla vital que respiramos. Está ahí. Con su buena porción de smog. Pero muchos ni siquiera se preguntan cuál es la composición de cuanto respiran. De la misma manera pasa con Internet.

Ubicado ya en el "teatro de operaciones", hago entonces una suerte de recuento de las zonas de enfrentamiento o los puntos generadores de polémicas según viejos paradigmas: la letra impresa fidedigna fuente de conocimiento, no así la gran veta de información hipervinculada a
contenidos multimedia elaborados, publicados y compartidos de manera democrática o no por instituciones privadas y públicas, o por aficionados y profesionales; el papel impreso entendido cual verdadero y único espacio de legitimación para la poesía, la ficción, el ensayo y la crítica contrapuesto a la World Wide Web -usualmente tenida como sinónimo de Internet, en realidad es un sistema de documentos con hipertextos y/o hipermedios enlazados y accesibles a través de Internet; los portales, sitios web, blogs y los espacios transmedia en tanto ejemplos- y los libros electrónicos; por último, los sistemas tradicionales utilizados en la promoción, legitimación, distribución y venta frente al empleo de las redes sociales, la blogosfera y los espacios virtuales para la asociación, socialización, venta e impresión por demanda.

¿Por cuál "caballo" deberíamos apostar? ¿Por el del imperio Guttemberg o por el de la filosofía de ARPANET?

Cuando lucidez y astucia son las variables de la ecuación que tiene al papel y/o a Internet como teatro de operaciones, el resultado proporciona no pocos dividendos: consumidores. Una buena suma de lectores significa rating, ranking, también poder real en tanto sujeto o institución que produce, socializa y comercializa contenidos, los cuales podrían marcar tendencias. Hablo aquí de influir en consumidores comunes y corrientes, profesionales y artistas, o a nivel de Estado y Gobierno. En este punto a la literatura, es decir, al escritor, le corresponde sencillamente el papel del intelectual, no el del político. 
 

Si los contenidos publicados tienen un consumidor real, y si además los textos socializados responden a la necesidad de escribir sobre aquello considerado "la verdad" -entendida tal como lo hace Bertold Brecht, entonces habría de tenerse en cuenta las cinco dificultades para expresarla: el valor de escribirla, la perspicacia de reconocerla, el arte de hacerla manejable, el criterio para escoger el destinatario y la astucia para difundirla-, el creador de ese contenido se situará, irremediablemente, en una postura cívica y política que encontrará resistencia.

No creo haberme salido del tema, porque a la literatura o a la ficción le interesa todo. La apuesta entonces no se decide solo con la elección del tema por parte del escritor, también importan la manera o postura desde la cual el escritor elije de ese todo, y la traducción a la literatura de aquello que constituye preocupación, duda, molestia. A su disposición el escritor tendrá más de una herramienta, propia del tiempo que le tocó en suerte, para hurgar en los bolsones de conocimiento, producir conocimiento y socializarlo. ¿Acaso todavía es menester la "ciberalfabetización"? Sí. Por legiones se pueden contar quienes habitan un universo analógico y no digital.

Permítanme entonces una suerte de recuento.

De esta época son los blogs, escenarios ideales para compartir contenidos sin que necesariamente de por medio haya una casa editorial, editor o revista. Esta independencia tiene una zona de riesgo: el bloguero es responsable de su propio ascenso o caída. Las revistas y fanzines saltaron al entorno virtual. En el caso cubano, hubo una época en que el tamaño de las revistas y e-zines no debía ser mayor de 1 Mb, para su distribución se tomaban en cuenta los servidores de correo nacionales. Como ejemplos están las extintas 33 y 1/3, Cacharro(s) o the revolution evening post; si las menciono, la razón no es otra que la "ideología de grupo" y la necesidad de establecer una genealogía desde la cual los realizadores de las revistas deseaban ser leídos, entendidos.

Decían a las claras "léanme desde Witold Gombrowics, Guillermo Rosales, Paul Auster.". Tácticas y estrategias. Esto, por supuesto, es una variante de hacer ficción, y tampoco es novedad. En este arriesgado acto de ejemplificar hablaría de las webs institucionales y proyectos independientes para la promoción de la literatura cubana. Cubaliteraria y Caimán Barbudo como ejemplos en el apartado institucional, Isliada y Claustrofobias entre quienes una vez fueron nombrados como "proyectos de autor". Resulta difícil sostener en el tiempo un proyecto desde la independencia,más si se realiza, literalmente, por amor al arte. En Cuba hubo un momento dorado para los e-zines y revistas digitales literarias, creo advertir que lo mismo ha sucedido con blogs y webs de igual temática. Ahora los espacios digitales dedicados al periodismo y la crítica se llevan las palmas. Como ejemplos OnCuba, Havana Times, CiberCuba, Cuba Contemporánea / Cuba a Contraluz, El estornudo, entre otros. Si los nombro es porque allí los narradores han encontrado espacio para publicar nonfiction o Nuevo Periodismo.


Volvamos a las revistas digitales. Las que ahora suman lectores dejaron atrás la distribución por e-mail, porque tienen a Internet y al Paquete semanal para el almacenamiento y socialización de propuestas que ambicionan visualidad y trozos de la tarta llamada Mercado. 1 Mb es demasiado poco para la publicación de contenidos no precisamente literarios: modas, deporte, música, cine, fotografía, televisión, la  farándula, etc. Su consumidor no es el de Cacharro(s) o 33 y 1/3, aunque lo incluyen. Por cierto, hay algunos escritores en sus equipos, o los escritores y la literatura han llegado a incluirse como tema de entrevistas y artículos; algunas dedican una sección a la publicación de textos literarios. ViStar, Negra, Garbos, Venus, Adrenalina o Play Off, por citar algunas, podrían ser útiles para el teatro de operaciones de la teratura en tanto posible estrategia de creación e inserción.

Aunque no marchan en cuadro apretado en la vanguardia, vale no pasar por alto los transmedia. En ellos la ficción tiene cabida por derecho propio.

¿Qué podría quedarme en el tintero? La parte del delirio: no sería descabellado pensar en aplicaciones para tabletas y móviles si el objetivo es la socialización de ficciones. Sí: descarga y venta de contenidos. ¿Debo recordarles que sigo hablando de "Internet, del escritor y de la escritura de ficciones"?

El verdadero reto del emprendedor, lo cual incluye al narrador, es no pasar por alto las herramientas y recursos que están a mano. ¿Acaso no podría gestarse una publicación pensada para el contexto literario vertiginoso, ladino y voraz como ViStar, o crear una app similar a Cuba a la Mesa enfocada en la literatura? Digamos, por ejemplo, una "Habana Revista de Libros" -o "Liga contra La Ceguera"- que intercale entre las páginas la promoción de negocios privados, o la app "Cuba en tu Librero".El problema, creo, no solo está en la independencia del proyecto y la calidad de los contenidos pensados específicamente para web y dispositivos móviles: es necesario tener en cuenta los ingresos o beneficios de quienes dirigen el proyecto y de los colaboradores, porque el trabajo intelectual cuesta.

Una gran parte de la vida del hombre y la mujer de hoy, es decir, de no pocos hombres y mujeres, transcurre en el entorno virtual. En las redes sociales se toman decisiones que modifican nuestro devenir. Ya no está en juego el reinado de la televisión, ahora los smartphone más un etcétera que incluye la gran gama de dispositivos móviles campean por su respeto. Es una decisión personal estar de espaldas o no al uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC´s). Porque conseguir un like más sí marcará la diferencia.

jueves, 12 de junio de 2014

El universo de las revistas, del soporte papel al soporte digital

Texto leído en la mesa de opinión,  Revistas impresas .vs. Revistas Digitales, celebrado en el marco de la feria del libro en la Ciudad de Matanzas. Sábado 1ero de Marzo de 2014
 
Cuando en 1663 los primeros lectores ojeaban las páginas de la publicación seriada alemana “discusiones mensuales edificantes”, estaba naciendo oficialmente el fenómeno de las revistas. En la Europa de entonces el renacimiento había rescatado al ser humano de su extensa edad oscura, germinaban ya las bases de lo que unas décadas después sería la “era de la revoluciones” y de la que la revolución francesa es su máxima referencia. Surgen entonces la Gaceta italiana del siglo XVII y la publicación de revistas crece en cantidad y diversidad.
Con la llegada de la revolución industrial y el ascenso acelerado al poder del capitalismo, las revistas se convierten en modo idóneo de comunicación. El conocimiento se especializa y con ello los contenidos de estas publicaciones. El ocio y los reportes sobre actualidad se convierten en una fuente de ingresos, las religiones encuentran también en ese formato una manera periódica de extender sus credos. La ideología de los diferentes sectores en pugna que forman el entramado social, descubre en sus páginas una vía de expresión. El siglo XX consolida todos estos aspectos y se convierte en un paraíso revistero. Millones de copias de los más diversos temas circulan por el planeta en modo de publicaciones seriadas, desde las más elitistas hasta la gruesa masa de los folletines del corazón. Para tener una idea basta recordar – como en un país pequeño y luego asediado como el nuestro – entre los años cuarenta y noventa del siglo XX, circularon miles y miles de propuestas.
A finales de esa centuria, convulsa y acelerada, la tecnología redobló su ascenso y casi sin darnos cuenta, impuso poco a poco su obligatoria presencia. Fue precisamente entre los años ochenta y noventa cuando comenzaron a circular las primeras revistas digitales – en la mayoría de los casos, aún fuera de la muy joven internet –principalmente entre personal especializado de las universidades y de otros centros de vanguardia alrededor del mundo. Se distribuían  en soportes magnéticos, disquetes, CD, etc. Y se limitaban – generalmente, aunque existían excepciones– a digitalizar textos previamente publicados en soporte papel.
Las revistas digitales en la red, son un fenómeno de otra era, la de las comunicaciones y la información. La consolidación de Internet ofreció una oportunidad nueva de circulación de ideas y los revisteros de todo el mundo, primero aquellos que tenían dificultades con llevar adelante sus proyectos por problemas presupuestarios o quienes los tenían sencillamente engavetados, aprovecharon la novedosa plataforma, no tardó mucho para que medios de prensa y revistas más reconocidas inaugurasen también su versión electrónica, con muchas variantes de edición; pero con su presencia en la red de redes.
En la actualidad la cifra de revistas digitales que se publica en internet es vasta, su heterogeneidad exhibe dimensiones imposibles de imaginar hasta hace unos pocos años. Muchas de estas revistas –por muy diversas e imaginables razones- no sobrevivirían en el formato impreso, además,  si hipotéticamente hubieran podido imprimirse, ya habríamos agotado todo las posibilidades de producción de papel en nuestro planeta.
Permítanme, para comenzar el obligado momento de las comparaciones que nos impone el tema que hoy debatimos, regresar –una vez más– a este fragmento del artículo “Pensar en Red” de Víctor Fowler, él define certeramente allí el papel que deben jugar las revistas– independientemente de su soporte- en una determinada comunidad, en este caso, la intelectual. Ecribe Fowler:
Una comunidad intelectual necesita, como respirar, de un sistema de publicaciones periódicas: revistas con temas de cultura general y también especializada. Respecto al libro, la revista tiene una velocidad de aparición y rotación que hace de ella tal vez el medio favorito a la hora de reflejar la dinámica cotidiana de una comunidad intelectual; ella es el sitio común de los debates y los descubrimientos, se adelanta a las que serán reconfiguraciones del panorama, introduce valores e inquietudes nuevas, etc. En atención a la lógica de formación, profundización y posterior expansión de un conocimiento, es en las revistas —junto con comunicaciones en congresos, etc.— donde primero surge y es sometida a tanteos una idea, objeto o área de trabajo nueva.
Las revistas impresas y las digitales hoy coexisten. Hay diferencias entre ellas, la principal y más esencial, como es obvio, es el soporte que utilizan para su divulgación. Ahora, ya avanzando en la segunda década del siglo XXI, se añade -en el caso de las revistas digitales- el dinamismo de las variables de la web.2[1] que permiten un amplio nivel de interacción con los lectores, quienes intercambian profusamente a través de las plataformas de las redes sociales los contenidos de múltiples publicaciones existentes en la web.
La accesibilidad es otra de esas diferencias y en esto es necesario clarificar algunos aspectos. No es lo mismo cuando hablamos de accesibilidad global que cuando nos referimos a una circunstancia de accesibilidad particular. La brecha digital –aunque desciende– es un fenómeno innegable. Los países desarrollados tienen, por mucho, mejores posibilidades de acceso que las naciones del tercer mundo; es por esa razón que muchos diarios y revistas en el llamado “primer mundo” han migrado definitivamente a la plataforma digital. El número de usuarios que puede acceder desde internet o desde cualquier dispositivo móvil a sus publicaciones supera enormemente a los usuarios que continuaban pagando sus suscripciones en papel. En África y en algunas regiones de Asia y América Latina la situación es aún diferente.
Por ejemplo, hablemos de dos revistas nuestras, la querida Revista Matanzas, que por fortuna y por el empeño de sus realizadores  ha conseguido sobrevivir a varias épocas y que recorrió el largo camino desde el linotipo[2] a la impresora risográfica  (una tecnología de estos tiempos que cambió los procesos de producción en la realización de los libros y revistas territoriales cubanas) y la Revista Mar Desnudo, también nuestra, inaugurada en el 2007 para la plataforma digital y que apenas acaba de arribar a su edición 43.  Ambas –pese a las múltiples diferencias– tienen políticas editoriales con similitudes y destinan una parte de su espacio –físico o virtual– a la divulgación de la producción espiritual de nuestros contemporáneos matanceros. Ahora bien, ambas no tienen los mismos niveles de accesibilidad. La ciudad letrada yumurina que consume arte y literatura tiene muchas más oportunidades de leer la Revista Matanzas impresa, que las que tienen de acceder a la Revista Mar Desnudo. Sin embargo los lectores externos, cincuenta y seis mil de ellos con más de dos millones de páginas visitadas, tienen mayores posibilidades de acceder a Mar Desnudo. Esa es una peculiaridad dentro de la gran marea universal de la generalidad.
Existen otras diferencias –como yo lo veo– menos importantes que las tres que acabo de mencionar, soporte, dinamismo (interacción con los usuarios, contenido dinámico, interrelación con otros medios) y accesibilidad. Una de estas otras diferencias tiene que ver con los procesos de producción, las revistas “tradicionales” -–y solo las llamo así con el interés de la diferenciación– suelen reunirse físicamente y a menudo con sus miembros (Consejo Editorial) para definir políticas editoriales, contenidos, acertar o rechazar colaboraciones. Este proceso en las revistas digitales suele ser más distendido y aunque existen –como es lógico– los encuentros personales, una gran parte del proceso se realiza a través de las tecnologías digitales de comunicación. En los últimos años, las diferencias en este aspecto son mucho menores,  dada la amplia extensión del correo electrónico y la aceleración de la curva de aprendizaje sobre el uso de las tecnologías presentes. Los equipos de realización de las publicaciones impresas, suelen ser –como regla– mayores que el de las digitales. Las publicaciones impresas utilizan un número mayor de textos inéditos en sus páginas, en ocasiones, estos son reproducidos luego por las electrónicas baja la premisa de “inédito digital”. Y por ese rumbo, otras  diferencias o similitudes que han sido expuestas en diferentes artículos a lo largo de los últimos años, en los que la comunidad intelectual ha venido abordando, cada vez con mayor rigor, estos temas.
Tiendo a pensar –y con ello me aventuro como gurú improbable– en una coexistencia de los diferentes soportes, más marcada mientras sobrevivan las generaciones analógicas[3] e híbridas; una vez que los nativos digitales[4] sean mayoría o sean la totalidad, esa coexistencia podría cambiar drásticamente.
La revista impresa, como el libro, son objetos físicos, similares pero diferentes, en muchos casos coleccionables (que es –lo aseguro– un antónimo vital de almacenables) con los que se puede establecer una relación a nivel emotivo. Si no pregúntense ¿Cuántas veces hemos oído hablar y hemos hablado sobre el olor de lo recién impreso?, ¿Cuántas sensaciones puede causar en los lectores el hecho de tener un nuevo libro, una revista salida de la imprenta, entre las manos?
El papel digital, que no es tal cosa, sino una simulación del mismo, dotado de ese nombre para darle sentido comparativo; los diferentes equipos electrónicos que inundan los mercados con una diversidad increíble y que desde la llegada de las pantallas táctiles pueden sus utilizados con mucha facilidad, hacen que el soporte papel vaya cediendo en su reinado. Ahora bien, las revistas, ya sean de uno u otro tipo, se organizan partiendo de una unidad dentro de la diversidad, es a lo que hemos llamado “criterio editorial”. Esa manera de organizar determinados segmentos de la producción espiritual de nuestra especie (su ideología, arte, ocio, economía, pensamiento científico técnico, cotidianeidad…) tendrá una existencia mucho más longeva de lo que alcanzamos a imaginar.
Las revistas, independientemente de su soporte, van a acompañarnos durante un largo tiempo y cuando no se sigan produciendo, si es que esto sucede alguna vez, quedarán sus vetustas ediciones –digitales o impresas–  como memoria histórica del tipo de civilización que construimos… Aquellos antiguos seres que aún temerosos del tiempo y de la muerte, se sentaban a leer en un parque, una parada de ómnibus, una biblioteca, la última edición recién impresa de la Revista Matanzas.




Por: Abel G. Fagundo





[1] Web 2.0. Fue el término acuñado en medio de una sesión de tormenta de ideas de la empresa norteamericana O'Reilly Media, en colaboración con MediaLive Internacional. El término Web 2.0 se comenzó a utilizar para designar una nueva tendencia sobre la forma de utilizar y concebir la Web. http://www.ecured.cu/index.php/Web_2.0

[2]Linotipia .También conocida como linotipo es una máquina inventada por tomar Mergenthaler que mecaniza el proceso de composición de un texto para ser impreso. http://www.ecured.cu/index.php/Linotipo

[3]Entiendo aquí como “generación analógica” a todos aquellos que nacieron o se formaron intelectualmente antes del reinado digital.


[4]El término nativo digital fue elaborado por Marc Prensky en el 2001 para caracterizar a una nueva generación que surgió con la llegada de las llamadas "nuevas tecnologías"http://congresoedutic.com/profiles/blogs/nativos-digitales

miércoles, 15 de febrero de 2012

El Arte Actual, crónica de una muerte anunciada


«El arte no es una hermosa morada, sino una tarea para estar tratando siempre de solucionarla, tanto en su producción como en su recepción». 
Theodor W. Adorno, Teoría Estética 
Una reflexión estético-filosófica sobre las características y desafíos del arte actual exige en primer lugar su contextualización. Luego de los años 50 del pasado siglo se apelará al término Posmodernidad para referir enunciados visibles, en ciertas manifestaciones fenoménicas, del devenir sociocultural de la sociedad occidental. Para algunos autores, este cambio de acento resulta evidencia de un cambio epocal[1], mientras que para otros se revelará como neoestetización o "dominante cultural"[2]. Ahora bien, lo que es cierto es que su existencia "... desborda los recipientes del arte"[3]. En este sentido, una de las consecuencias del postmodernismo -como el dominante cultural de lo postmoderno o de la sociedad post-industrial- ha sido la desaparición gradual de la anterior separación rígida (modernista) entre el arte elevado o elitista y la vida cotidiana, signado, por una parte, por el desarrollo de propuestas artísticas mucho más abiertas e innovadoras y por otro, por el desarrollo de una cultura del consumo. 
 
 
De hecho asistimos a la desaparición contemporánea de una frontera firme entre los dos, mientras se suprime, progresivamente, la anterior "sobrevaloración del arte" modernista que encontramos en los idealistas alemanes (Kant, Hegel) pasando por Marx hasta llegar tanto a Heidegger como Adorno. 
  
 "…Si bajo el modernismo el arte era considerado como la más alta instancia de la creatividad humana (en Carlos Marx, por ejemplo) y poseía una misión histórica (también propuesta por Hegel) y el cual (a partir de las llamadas vanguardias históricas) fue criticado en la obra de Peter Bürger Theory of the Avant-Garde (Teoría de la Vanguardia) (1974) por dejar de mantenerse a la altura de esta misión, en las condiciones históricas actuales el arte ya no posee más dicho propósito. Hoy en día, por lo tanto, obviamente no se necesita más una rigurosa distinción entre arte y cultura (o, lo que uno se siente tentado a decir "kitsch" " pero entonces, kitsch también es una designación cualitativa) de la clase que se encuentra en Theodor Adorno o Clement Greenberg. "[4] Sin embargo, si bien la noción de arte cambia en tanto cambian las condiciones del contexto en que este es generado, así mismo hoy no es posible afirmar, desde todos los contextos, que perdiera, ya, definitivamente su sentido histórico y cultural. Por supuesto que en este caso, como en casi todos, el proceso de la práctica vital se adelanta a los procesos que se despliegan desde el pensamiento teórico con respecto a ella. Pues bien, si en un sentido, "… podemos ver lo fácil que es pasar de la noción amplia y totalizante del arte, tal como es aún entendido por Hegel y por autores de principios del siglo XX como Georg Lukács, Roman Ingarden, Nicolai Hartmann y Adorno o Heidegger, a la noción contemporánea del arte como "arte" tal como se está diseminando globalmente hoy en día: acabamos de ejecutar esa proeza."[5] Esto sería un primer problema, seguir pensando el arte asentados en la noción Moderna y desde la perspectiva de los centros.
 
¿Es esto arte?, resulta la pregunta recurrente del siglo XX. Es así que, desde Duchamp -quien subvirtió el proceso de desarrollo del modernismo, iniciando una tradición en el arte del siglo XX que avanzó paralelamente al modernismo, pero que se afirmaba con la desaparición de este último, dando paso al auge del postmodernismo- detenidos en las cubistas "Damas de Avignon" de Picasso y hasta las chorreadas pinturas de Jackson Pollock, los comentarios despectivos con que espectadores extrañados han manifestado su aversión con tanta vanguardia, tan alejada de la pintura figurativa, realista, "bella y comprensible". Fue este un siglo que no dio tregua a la búsqueda, la experimentación, la trasgresión, la subversión y la exploración. Y en ese camino, las personas -las más alejadas del devenir artistíco-conceptual e incluso las entendidas- siguen haciéndose la misma vieja pregunta: ¿Es esto arte? Por otra parte, desde que Benjamín llamara la atención en relación con el fenómeno masivo del cine, hasta el arribo del "capitalismo cultural electrónico" en el que ciertamente nos hallamos; se ha tendido a pensar siempre en un proceso histórico lineal en el que los avances tecnológicos de reproducibilidad han favorecido progresivamente la desaparición del carácter auriático de la obra a favor de experiencias culturales más democratizadoras. Un rápido vistazo al panorama artístico contemporáneo informaría, contrariamente, de una realidad diferente. Lo que, una vez más, subraya la ineficacia de progresiones genealógicas lineales en el acto de explicar fenómenos complejos. En otras palabras, sugiero que, quizás, Walter Benjamín se precipitó en anunciar prematuramente la desaparición del arte, a partir de la perdida del aura en las artes contemporáneas; es posible que esa "aura" nunca se perdió en el horizonte y nos revisita una y otra vez, a caso, modificada y/o reforzada en el seno mismo del arte de vanguardia. He aquí un segundo problema.
Ciertamente el arte de vanguardia en su afán prioritario de pertenecer a su propio tiempo, continúa aspirando a lo mismo, a saber la consecución del, tan manido como deseado, correlato arte-vida; y esto es así en sus diferentes estadíos -tal como los propone Brea[6]-, ya sea en el estadío del "capitalismo industrial", en el del "capitalismo de consumo y las revoluciones culturales" o en el Tercer umbral -desde sus tres coordenadas-, que comienzan con la era del "capitalismo cultural, luego sigue, al sistema extendido de la imagen en las sociedades de la visualidad (proceso que Erjavec, también, nos explica en su ensayo "El giro pictórico") para llegar a las políticas de la identidad y el preformativo visual). Cada uno de estos estadíos, teniendo en cuenta las coordenadas del tercero, nos coloca ante nuevos problemas:
· El fin de la obra como singularidad, y con ello el fin de la idea de la obra, el sujeto artista y el espacio del arte y por lo tanto de la mercancía- Arte, igual, en términos de singularidad.
· El desarrollo de una cultura visual expandida y la estatización del mundo.
Sin embargo, lo cierto es que en todo este periplo, el arte menos acomodaticio lucha siempre por exceder todos los límites de un sistema tradicional de mercado apoyado en la "autonomía" de la obra de arte "singular", y esto nos detiene ante la aseveración de Gilles Deleuze en Diferencia y Repetición: "En tanto que sometida a las exigencias de la representación, la diferencia no puede, ni podrá nunca, ser pensada en sí misma", sino que necesita ser pensada a partir de la configuración del arte en relación con sus contextos.
Al propio tiempo, a partir de la era de posguerra, un nuevo evento artístico empezó, entonces, a demandar una fenomenología estética experimentada corporalmente, enfatizada en la importancia del 'lugar' y la contingencia del contexto. El trabajo de sitio-específico, en su temprana formulación, vendría a responder al deseo de romper las fronteras entre lo alto y lo bajo, el arte y la vida, concentrándose en el establecimiento efímero de una relación indivisible entre "experiencia estética" y "lugar", demandando en todo momento la presencia física del espectador para completar desde esta "la obra". Desde entonces, el arte no necesitaba más de percepciones detenidas y estáticas en el "ahora" pero, más que nunca, demandaba del espectador la experiencia física del "lugar".
Paralelamente, y ante la expansión de las nuevas tecnologías, los artistas insisten en revertir el proceso, desde su libre arbitrio, una y otra vez, con el fin de cuestionar, subvertir y ahora explotar esa nueva invasión tecnológica. Y en este afán, abrazan cada nuevo soporte creando estéticas indefinibles y convergentes. Una de las características del tecnoarte, por ejemplo, es la necesidad de contar con sofisticados equipos mecánicos y computarizados, proyectores, pantallas, instrumentos, en fin, toda una suerte de parafernalia tecnológica, cuyas consecuencias resultan impensables como también resulta impensable su implementación para el tercer mundo, salvo en determinadas condiciones y desde proyectos alternativos, como es el caso Cuba.
Los nuevos dispositivos nos colocan ante el más serio de los problemas:
· la desmaterialización de la obra.
Por lo mismo, la mayoría de las obras se ejecutan como (perform) y con ello, el artista se transforma en un performer, tanto cuando cuestiona los discursos del arte y su realidad, como en el caso en que actúa como mediador entre la máquina y el hombre. De cualquier forma, la obra resulta invasiva, como invasivos son los medios empleados: música tecno, video arte, realidad virtual, televisión o internet, por citar solo algunos.
Cierto es que la tendencia a la ruptura de fronteras o a la fusión de horizontes diversos, iniciada en la década de los 60 del pasado siglo, se intensifica. El arte existe entonces desde esa multitud de prácticas destinadas a preservar la identidad artística, aún cuando parezca desautorizado -en tanto sumergido en la vida cotidiana o aparentemente absorbido por las industrias culturales y del conocimiento, o amenazado ante una posible desmaterialización. Ante el empuje de esos medios "masivos" de evidente carácter inmaterial -como el cine, la televisión, la radiodifusión, internet, entre otros, que facilitan la recepción "simultánea, colectiva y distraída" y la negación de la experiencia material del lugar, se encuentra una inmediata respuesta, ahora no desde las "bellas artes" sino desde las artes visuales contemporáneas, sobre todo, a través de experiencias como las del net-art.
En este mismo sentido, y a partir de la insoslayable responsabilidad de explicar el arte actual, desde el tercer mundo, importaría pararnos en la alerta de Ales Erjavec "Valdría la pena proseguir la investigación de la apreciación del arte que ha surgido y funciona como arte en el Tercer Mundo y en los países no-occidentales. Allí, debido a las circunstancias diferentes, el arte con frecuencia juega un papel inigualado por el arte en gran parte del Occidente " pese a no ser presentado y proliferado por los medios de comunicación masiva."[7]
En el caso que nos ocupa, experiencias puntuales que se despliegan en Cuba entre el último lustros del pasado siglo y el primero del presente, - como son: el cine de Fernando Pérez, el teatro "El ciervo Encantado" que dirige Nelda Castillo y el Proyecto DIP encausado por el artista plástico Ruslán Torres- cada una de las propuestas resulta un proceso de investigación, abierto tanto a la elección con relación a qué herramientas y cómo utilizarlas, como a los temas a tratar, justo de ahí brota una poética que también se genera en y para cuestionar los discursos del arte y de la vida. Así hacen aparecer lo extraordinario en lo ordinario[8], emplazando sin dudas a constantes reflexiones y debates. Más, sobre todo, insisten en estimular una apreciación diferente y la relectura de sus propias nociones de "arte", al mismo tiempo que lo provocan en los receptores. Inmersos todos en determinadas matrices socio-culturales y nociones epistemológicas, lo cierto es que logran convocar cada vez a un público mucho más amplio.
Estas experiencias no asumen una técnica en especial, de esas que acuñara ya la tradición (lo que no significa que no utilicen e incluso manipulen algunas de aquellas que hasta la fecha fueran legitimadas). Se inscriben en un arte de vanguardia, que se abre al contexto universal, solo que asentados en las exigencias de su contexto local, reivindicando la autonomía de la acción artística, ahora, frente otros espacios de producción simbólica.
Cierto es que responden a una situación que se ha hecho mucho más compleja y heterogénea, en sentido general, pero en especial para la producción artística. Otros aspectos pueden añadirse a los antes mencionados. Lo esencial, en estos caso, estará pues en la voluntad de provocación que implica el poner en tela de juicio los sentidos, el cuerpo, los comportamientos humanos y sociales, en lo más tradicional y en lo más innovador, igual en términos de producción simbólica.
En nuestro caso, la obra de arte -si es que se puede seguir acuñando este término- se presenta involucrando, directamente, como nunca antes al propio artista, a sus experiencias vitales, sicológicas y conductuales, portadoras de significantes con implicaciones éticas y políticas. Acciones que se despliegan desde él e involucran a todo el que se detenga ante tal proceso. Proceso que resulta de indagación, investigación y experimentación.
Los que asumen la propuesta de un arte situacionista, entre la investigación y la experiencia como proceso relacional -como es la propuesta de DIP- a diferencia de otros artistas, lo hacen para producir acciones que puedan ser provechosas para todos, sin contrición, mientras duren la mismas y aún después. En muchos casos intervienen el espacio público de modo tal que calles, parques, plazas, muros de edificaciones y hasta un elevador, puede devenir extensión del laboratorio del arte -museos o galerías otros- abierto a todo el que decida detenerse y participar; asimismo, por demás, crean espacios diferentes. Igual usan el espacio de la galería, en ese momento, para investigar el por qué de ciertas conductas humanas y "auxiliados, entonces, de métodos probados por las llamadas ciencias humanistas: ya sea la sicología, pedagogía o sociología construyen supuestos y soluciones, al tiempo que aprovechan además las bondades de la tecnología. De ahí que sus propuestas obviamente producen una nueva dimensión que aún permite diferenciar al arte y sus discursos de los de la propaganda y la publicidad por una parte, o del de los sistemas capitalistas productores de conocimiento, que no hacen sino generar ignorancia o mejor dicho incultura. Es así que logran centrarse en los problemas del hombre, y distanciarse de otros espacios de producción simbólica, que igual manipulan y por su parte hacen suyos aquellos lenguajes que parecían privativos del arte. Claro está que por lógica esos últimos resultan centrados en fines bien distintos.
En este caso, como en todos, el proceso se desarrolla hilado por una cualidad estimativa propia de lo humano que deviene facultad estética del artista -donde se funde intuición y razón, sensorialidad y racionalidad, desde donde se activa una percepción- apropiación que resulta alerta a toda sutileza. Surge así, desde cada trama, una propuesta que porta una dimensión integradora y cualificadora de la misma: esa que insisto en reconocer como estética, desde una teoría que no hace sino otra cosa que acompañar a los procesos de generación del valor artístico, a partir de nuestras hibridaciones y transdisciplinariedades.
En fin, el arte, como la vida en general, siempre encuentra un camino cuando surge la necesidad. Hoy, sus discursos resultan formas otras de llamar la atención hacia nuevas sensibilidades, al tiempo de devenir en un espacio de crítica tanto en relación con la construcción de los propios lenguajes del arte como de nuestra realidad sociocultural.
"… hoy en día, bajo la influencia de las condiciones globales actuales, el arte puede no haberse convertido solamente en un hecho de vida, sino que frecuentemente está jugando un papel crítico y liberador". Tal como asegura Erjaver.
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Bibliografía de consulta.
Bell, Daniel. Las Contradicciones Culturales del Capitalismo. México D.F., Patria, 1989
Brea, José Luis. El Tercer Umbral . Estatuto de las prácticas artísticas en la era del capitalismo cultural. Ed. CENDEAC, Murcia. 2004
Erjavec, Aleš. El 'fin del arte' y otros mitos postmodernistas.
--------------. El giro pictórico y sus consecuencias globales.
Jameson, Frederic. El giro Cultural; Manantial; Buenos Aires.1999
Lyotard, J.F. La posmodernidad explicada a los niños. Gedisa, Barcelona, 1992
----------------. La condición posmoderna. Gedisa. Barcelona. 1979
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Notas y referencias:
[1] A partir de Jean-François Lyotard, quien en 1973 manifiesta su distanciamiento tanto del marxismo como del psicoanálisis. En "La condición posmoderna" (1979) capta la dirección de las trasformaciones del saber y proporciona una explicación, que si bien acierta en describir el giro de los aconteceres luego de la Segunda Guerra Mundial y pronosticar aspectos esenciales de la realidad actual, no logra sostener muchos de sus enunciados, en tanto los cambios económicos ocurridos no permiten argumentar un cambio de época histórica. No obstante El objetivo del trabajo de Lyotard en "La condición postmoderna" tiene por objeto el saber (el conocimiento) en las sociedades más desarrolladas. Y tal condición designa las transformaciones culturales que han afectado las reglas de juego de la ciencia, la literatura, las artes con relación a la crisis de los relatos; entendidos estos últimos como discursos legitimadores de ciertas verdades parciales que han permitido un alto grado de certidumbre.
[2] Así es el caso de Fredreric Jamenson, autor de artículos como "El postmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío", "Postmodernidad y sociedad de consumo", "imágenes y postmodernidad", entre otros.
[3] Bell, Daniel. Las Contradicciones Culturales del Capitalismo. México D.F., Patria, 1989, pág. 45.
[4] Aleš Erjavec El 'fin del arte' y otros mitos postmodernistas. Versión Digital. http://www.miradas.eictv.co.cu 
 
[5] Ibidem
[6] José Luis Brea, en el ensayo El Tercer Umbral, plantea que las prácticas artísticas avanzan hacia un tercer estadio, en cuyo umbral ya se encuentran, que es caracterizado con relación a la transformación de los procesos de producción del capitalismo actual (como capitalismo del conocimiento) y el lugar que el nuevo artista (como know-worker, trabajador inmaterial) ocupa en él. Se analiza igualmente el desplazamiento que se produce en las nuevas prácticas en relación a su horizonte de contraste (que ya no es más ni la academia ni la industria cultural, sino las nuevas industrias de la subjetividad) y su nuevo lugar como prácticas impulsoras de efectos identitarios, con un papel micropolítico crucial en el contexto de la llamada tercera oleada de derechos (los de la identidad).

[7] Aleš Erjavec El 'fin del arte' y otros mitos postmodernistas. Versión digital, pag. 21 http://www.miradas.eictv.co.cu
[8] Frase tratada suficientemente en el Evento Teórico de la Octava Bienal de La Habana, 2003, en el que es tuve presente y que asumo, a partir de los debates ahí desarrollados, dados los fines de estas líneas.
Tomado de:

Por: Natividad Norma Medero Hernández
Master. Investigadora
La imágen es un fragmento de la obra del Pintor Matancero Yampier Baéz